La invisibilización de la mujer dentro de la escritura.

Actualmente, bien podríamos asegurar que el rol de nosotras, las mujeres, ha cambiado y ha marcado nuevas experiencias que demuestran la fuerza y la determinación con la que realizamos cada una de nuestras labores. No obstante, a pesar de que se reconoce el trabajo de las mujeres dentro de las instituciones con cargos de igual o mayor rango que el de los hombres, podemos notar que aún existe exclusión en ciertos ámbitos, entre ellos la escritura.

Nos cuesta trabajo aceptar que, en pleno siglo XXI, aún se ejerzan actos propios de una cultura patriarcal. Si tomamos como ejemplo, el ámbito de la escritura, podemos darnos cuenta de que la mujer aún es invisibilizada, pues, aun se hacen expresiones despectivas cuando una mujer escribe lo que le nace, lo que la identifica, lo que ama.

La invisibilización de la mujer sigue presente en muchos ámbitos de nuestra vida, y dentro del ámbito académico bien lo podemos reconocer, pues ¿cuántas veces hemos podido disfrutar lecturas o textos realizados por mujeres? ¿cuántas teorías conoces que hayan sido elaboradas por una mujer?

Incluso, en muchas ocasiones nosotras mismas somos quienes fortalecemos esa exclusión, pues bajo mi propia opinión, las mujeres somos víctimas de la misma cultura ejercida por el patriarcado, ya que, en diversas ocasiones, a pesar de sentirnos invisibilizadas, no levantamos la voz ante quienes nos invisibilizan, resultado del condicionamiento que nos han aplicado desde pequeñas, dentro de nuestro hogar o nuestro mismo círculo de amigos.

Lo que buscamos con estas palabras es, invitar a las mujeres a reflexionar y cuestionarse las veces en que cada una de nosotras hemos sido invisibilizadas, desde el hogar, hasta nuestra vida como profesionistas, la invitación se extiende a perder ese miedo y recobrar la confianza para liberar toda la fuerza que necesitamos para manifestar nuestro empoderamiento en cualquier aspecto de nuestra vida.

Emma Hernández.

Tiendas vs Supermercados- ¿Dónde comprar?

A consecuencia de la pandemia (COVID – 19) en México se han establecido diversas medidas sanitarias, con la finalidad de prevenir el contagio y propagación de este virus. Entre estas disposiciones, se encuentra el “evitar salir de nuestro hogar”, acción que difícilmente muchos mexicanos han logrado con éxito, pues en un país tercermundista lamentablemente se tiene que elegir entre la salud y las necesidades básicas del hogar.

Para que se cumpla dicha medida es necesario el abastecimiento de víveres y productos de uso cotidiano en nuestro hogar, sin embargo, los lugares donde nos abastecemos regularmente son los “supermercados” y si nos detenemos a preguntar ¿Por qué compramos en supermercados y no en tiendas locales? La respuesta gira entorno a la creencia popular de que las tiendas locales regularmente son más caras y no pueden competir con los precios de los supermercados. Puede ser verdad, pero no siempre es así, pues conocemos las estrategias de venta de las transnacionales, porque al final >>lo que te ahorras, por un lado, te lo gastas por otro<<

Pero ¿Nos hemos detenido a analizar, las grandes consecuencias al comprar en los super mercados, tanto para ti, para tu comunidad y para tu país? Estamos pasando por un proceso de consumo excesivo y por ello tendríamos que generar conciencia al tomar las decisiones de compra.

En el modelo de las transnacionales existen múltiples intermediarios. Entre los productores y consumidores hay una separación enorme. Es toda una serie de quienes procesan el producto, quienes lo transportan y quienes hacen que el producto llegue al consumidor, esto encarece el costo del producto, por lo tanto, quienes se encargan de seleccionar la calidad del producto, no son los consumidores, sino los mediadores.

El consumo local tambuén promueve una economía mucho más equitativa, donde tu comunidad tendrá una forma digna de ganarse la vida y por ende habrá más oportunidades de empleo; de igual manera, sabrás hacía donde va tu dinero y qué personas o familias estas beneficiando directamente.

“Tenemos que entender que lo que es bueno para la comunidad, es bueno para los negocios” -Michael Porter. Es nuestra oportunidad para fomentar el consumo local y beneficiar también a nuestra comunidad en este tiempo de crisis.

Emma Hernández